

El nácar (o también llamado madreperla) es una sustancia orgánica-inorgánica, ya consolidada, dura, blanca argentina, brillante y con reflejos irisados o iridiscentes. Forma la capa interna del caparazón de muchos moluscos, razón por la que diversos de estas especies lo segregan de manera considerable para reparar sus caparazones dañados o para cubrir determinados objetos dentro de ellos, mecanismo que es utilizado por los recolectores de perlas, para administrar a unos determinados moluscos piezas en el interior que saben cubrirán con el nácar, convirtiéndolos en perlas u otros objetos valiosos nacarados.
Las conchas que proporcionan el más hermoso nácar son las haliótidas, las nautilas, las pintadinas entre otras. El nácar se emplea en obras de marquetería, ebanistería fina, joyería y para adornar abanicos, botones, fichas, etc.
El nácar esta compuesto por plaquetas hexagonales de aragonita (carbonato de calcio (CaCO3) cristalizado), de 10-20 µm de amplitud y 0,5 µm grosor, estructurados en continuas láminas paralelas. Estas estratificaciones del nácar se encuentran separadas y compactadas por secciones de una mátriz orgánica compuesta de biopolímeros elásticos de conquiolina (como también lo son las proteínas de la quitina, lustrina o la seda).
La calcedonia es un mineral de estructura microcristalina relacionada con el cuarzo, cuya fórmula química es SiO2 (al igual que el resto de minerales que tienen relación con el cuarzo). Cristaliza en sistema trigonal, tiene una dureza de 7 en la Escala de Mohs, fractura concoidea, exfoliación ausente, brillo vítreo y raya blanca es una roca sedimentaría
La denominación "calcedonia" deriva de Calcedonia, una antigua ciudad griega y bizantina, localizada en la parte asiática de la región del Bósforo.
Una de las principales características de la calcedonia desde el punto de vista mineralógico es su estructura. Como ya se ha dicho antes, se trata de un mineral relacionado con el cuarzo, con el que comparte la misma fórmula química; sin embargo, la calcedonia no forma cristales bien desarrollados. Los cristales que dan cuerpo a este mineral son diminutos, tan pequeños que resultan inapreciables, y se encuentran densamente empaquetados unos con otros para formar unas fibras que quedan inmersas en una matriz más o menos amorfa. Esta estructura se conoce con el nombre de microcristalina.
Debido a este denso empaquetamiento, la calcedonia suele aparecer en formas radiales, estalactíticas, arriñonadas o arracimadas, así como en masas amorfas o nodulares de coloración variable.
Las flores de calcedonia son concreciones que se forman muy lentamente. Suelen hacerlo en las largas fisuras de algunas formaciones basálticas, lo que hace que los ejemplares presenten un aspecto bastante aplanado. Tienen un nódulo más o menos esférico y de color variable, entre blanco, amarillo y gris. A partir de este nódulo se extienden unas superficies rugosas de un bello gris azulado, aunque también pueden adquirir, formando bandas concéntricas, tonos negros o blancos. Estas superficies rugosas pueden ser planas o alzarse en forma de cuenco, formando las flores.
La formación de los cristales en el borde de la calcedonia se produce cuando el líquido mineralizante rico en sílice es limpio y circula en suficiente cantidad y lentamente.
Algunas calcedonias flor están a veces cubiertas por otros minerales, especialmente cristales de calcita o de hematites.
Las flores de calcedonia de Brasil pueden producir fluorescencia amarilla intensa, sobre todo si tienen intercalados en su estructura niveles de ópalo blanco o la variedad hialita.
Pese a que la calcedonia se podría definir en sí misma como una variedad del cuarzo microcristalino, el nombre engloba, en realidad, a un amplio conjunto de minerales que comparten las mismas características estructurales y químicas, pero que en Gemología se consideran piedras diferentes ya que presentan importantes variaciones en cuanto a otras propiedades físicas de gran importancia, tales como el aspecto o el color. En este grupo se integran minerales como la carneola, el xilópalo o el heliotropo.
En algunos casos solo se incluyen bajo el nombre general de calcedonia las variedades microcristalinas fibrosas, de manera que los agregados naturales, como el jaspe, quedan fuera y forman un grupo aparte.
La calcedonia encuentra sus aplicaciones más importantes en el ámbito de la Gemología debido tanto a la belleza de algunas de sus variedades como a algunas de sus características físicas.
La relativa facilidad con la que se puede trabajar la calcedonia hace que su utilización en gemología para la elaboración de joyas sea habitual, sobre todo la de algunas variedades especialmente bellas debido a su coloración natural. De todas formas, su valor fue mucho más elevado en la Antigüedad, cuando era considerada una de las más valiosas piedras duras.
La calcedonia azul es la que posee un mayor valor comercial y se suele trabajar en cabujón o en láminas planas cuya transparencia puede ser muy variable. Las mejores piedras para estos trabajos proceden de los yacimientos locacalizados en Namibia. En la actualidad es frecuente encontrar gemas de calcedonia azul que, en realidad, son tallas de calcedonia común o grisácea y que han sido manipuladas y teñidas para lograr la imitación. En este caso el material resultante suele ser de un color más uniforme. Para realizar estas imitaciones se utiliza una base de ágata, de manera que un examen cuidadoso permite adivinar el bandeado característico de ésta que ha sido parcialmente escondido por el tinte.
La estructura de la calcedonia provoca una disminución de la dureza y otras características físicas respecto a las que presentan las variedades macrocristalinas del cuarzo. Además, su escasa homogeneidad permite la aparición de poros diminutos a los cuales este mineral puede absorber diversos tintes que varían su coloración natural.
Pero no todas las calcedonias teñidas tienen origen artificial. Algunas variedades deben su coloración, en ocasiones muy bella, a la presencia de impurezas en su estructura. Este es el caso de la variedad conocida con el nombre de mtorodita o mtorolita, descubierta en Rodesia (actual Zimbabue) en 1955 y cuya atractiva coloración verde se debe a la presencia de cromo.
La calcedonia posee unas propiedades similares a las del cuarzo (ver artículo correspondiente), por lo que podría ser usada con los mismos fines que el anterior mineral. Además, algunas características físicas descritas anteriormente podrían permitir utilizarla con diversos fines que las requieran. Con todo, prácticamente su utilización está reducida a la Gemología.