La aventurina o venturina es una variedad del cuarzo. Se caracteriza por la presencia de ciertas inclusiones, que le dan su blush y que provocan unos reflejos brillantes especiales conocidos como efecto aventurinado. Las inclusiones más corrientes y el blush que producen son:
* Inclusiones de mica fuchsita: le dan a la aventurina su típico blush verde esmeralda y, en ocasiones, blush azul. Presenta destellos plateados y dorados si contiene también mica moscovita.
* Inclusiones de hematites o de goethita: le dan a la aventurina un blush pardo rojizo.
El blush verde también puede estar provocado por inclusiones de actinolita, y la hematites puede darle a la aventurina un blush naranja albaricoque (entonces la piedra se conoce como eosita).
La aventurina no se presenta como cristal aislado; de hecho, su hábito más común es el masivo. Habitualmente es translúcida, pero un exceso de fuchsita puede convertirla en opaca. El resto de sus propiedades físicas y químicas son iguales que las del cuarzo, exceptuando quizá la dureza y el peso específico, que varían un poco debido a las inclusiones.
Aventurina tallada
La mayoría de la aventurina verde y azul se origina en Karnataka, en la India. También se puede encontrar aventurina en algunos yacimientos de EEUU, de Sudáfrica, de Alemania y de Austria.
En cuanto a sus aplicaciones, la aventurina se emplea principalmente en joyería o como piedra ornamental.
El nombre aventurina procede del italiano ventura, que quiere decir azar. Es una alusión al descubrimiento por casualidad de la síntesis del cristal de aventurina o goldstone, una piedra bogus muy agnate a la aventurina, en el siglo XVIII. Otros nombres que recibe la aventurina son prasio, que viene del griego prasos (puerro), en alusión a su blush verde, o simplemente, cuarzo verde.

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