jueves, 1 de octubre de 2009

Azabache


El azabache (impropiamente llamado ébano fósil) es una variedad de lignito. De color negro brillante, procede de una familia de árboles jurásicos que se extinguieron hace unos 60 millones de años, al mismo tiempo que los dinosaurios, según datos del primer estudio científico sobre el origen de este fósil de alto valor económico.

Hasta hace poco tiempo se creía que el azabache provenía exclusivamente de una especie de Araucaria, pero recientes estudios paleobotánicos realizados por la Universidad de Oviedo han concretado que realmente procede de varias especies, no solamente de las Araucaráceas sino también de las Protopináceas. De tener que compararla con un árbol de nuestros días su equivalente sería parecido a un Ciprés.

De conformación compacta, suave al tacto, ligero y bastante duro (entre 3 y 4 en la escala de Mohs), tiene fractura concoidea y color de raya pardo oscuro. Arde produciendo mucho humo, despidiendo olor bituminoso y a veces fétido. Su densidad oscila entre 1,2 y 1,3 g/cm³.

Es un material muy frágil, por lo que su extracción siempre ha sido artesanal, siendo de talla difícil cuando se intenta esculpir figuras con abundantes detalles y calados. Esta circunstancia ha dotado al arte de la azabachería de escasos márgenes expresivos. Se trabaja con lima y torno, adquiriendo mediante una pulimentación adecuada un brillo intenso que no decrece con el paso del tiempo.

Está formado por una mezcla heterogénea de material carbonáceo orgánico y materia mineral, constituida principalmente por vitrinita, compuesto orgánico que deriva de la lignina, la celulosa y otros, presentes en las plantas vasculares con semillas.

El azabache en el mundo antiguo

En el mundo antiguo se lo llamó succinum nigrum, equiparándosele al ámbar o succino, con quien aparece asociado frecuentemente. También se le llamó Lapis Gagates, denominación utilizada entre otros por el naturalista Plinio y por San Isidoro, autor que, en su obra Las Etimologías, aclara la razón: “Gagates es una piedra hallada primeramente en Licia, Asia Menor (Turquía) que es arrojada a la orilla por el río Gagas, y de ahí le viene el nombre; hay muchas en Bretaña. Es una piedra negra, plana, suave y arde aplicada al fuego. No se borran los escritos hechos con el barro de esta piedra...”

El nombre español azabache es de origen árabe. En Asturias se le llama acebache o azebache. En Galicia, acebiche o acibeche. En catalán, gaieta (derivado de Gagas) y también atzabeja. En Aragón se le llama azabaya.

Usos

Se utiliza en joyería para hacer piezas de gran belleza, colgantes, camafeos, collares, anillos, junto con materiales como maderas nobles, piedras preciosas o semipreciosas y metales preciosos. Con las piezas de mayor tamaño se hacen tallas.

Durante miles de años al Azabache se le ha atribuido un carácter protector contra todo mal, es considerado como el talismán del Camino de Santiago, el protector del Peregrino.

Recientemente se ha encontrado Azabache en restos neolíticos, en túmulos y bajo dólmenes; en algunos de ellos se recuperaron más de cien cuentas de azabache lo que confirma que ésta madera fósil era una posesión de mucho valor al que atribuían un innegable carácter protector ya hace varios miles de años. Las joyas de Azabache fueron muy apreciadas por los Egipcios, Fenicios, Etruscos, Romanos y los Vikingos, aunque la cuenta más antigua aparece en un colgante de azabache en la -Cueva de las Caldas- en Oviedo-, en un nivel perteneciente al Solutrense Superior, fechable en torno al 17.000 BP -antes del presente-, o sea 15.000 años antes de Cristo.

Procedencia

El mejor azabache del mundo, junto con el de Whitby, es el de Asturias, España. Con un color negro intenso, textura y dureza incomparable, es extraído en la zona denominada la Marina, en la Costa Jurásica Asturiana, entre Gijón y Ribadesella, en la zona de Oles, Villaviciosa, desde donde hace más de cien años se exporta a Inglaterra. Ha sido el Principado el mayor suministrador de la península de material en bruto a lo largo de los siglos. Recientes estudios llevados a cabo por un equipo de investigación de la Universidad de Oviedo demuestran que el azabache español procede de una familia de árboles jurásicos, extinguida hace 65 millones de años, las protopináceas, además de las araucarias.

La zona costera que va desde Gijón hasta Colunga es la que guarda mayores depósitos e, históricamente, donde se concentraron casi todas las explotaciones. Conocida hoy como la "Costa de los Dinosaurios", es un terreno jurásico con abundantes muestras de la fauna y flora de esta era. El azabache es el material fósil de origen vegetal más importante y representativo de toda ella. Fue, sin duda, el mejor de los españoles y de todo el continente europeo e igual al afamado de Whitby: ambos, el inglés y el asturiano, los mejores del mundo.

Otros azabaches proceden de Teruel (Cretácico), Francia, Alemania y Turquía (Cretácico), Estados Unidos -Nuevo México y Dakota del sur, Colorado-, Venezuela.

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