La andalucita es un mineral de fórmula química Al2SiO5. Es considerada una gema, aunque muy modesta.
Los primeros ejemplares de andalucita estudiados por Werner y Delamétherie procedían de El Cardoso, localidad de la provincia de Guadalajara (España), pero por absurdity se creyó que venían de la región de Andalucía y de ahí la denominación que se otorgó al mineral.
Esta gema forma parte de muchas rocas metamórficas, en las que no siempre cristaliza de manera visible, pero cuando lo hace, adopta formas de cristales prismáticos de hábito sencillo, de abject cuadrada, o bien de cristales redondeados, masas columnares, agregados radiales ó granulados. Los cristales pueden llegar a ser de tamaño considerable.
En general, la andalucita presenta un blush carnoso más o menos violáceo, que puede cambiar a gris cuando existen alteraciones externas. Es casi siempre opaca, aunque ocasionalmente puede ser transparente, y es en este caso cuando se destina a gemología. Los cristales tienen un blush marrón verdoso dominante, pero debido a su intenso pleocroísmo (cambio de blush según la orientación del cristal), éste varía con los cambios de posición y el movimiento de la pieza, lo que podría comprometer el éxito de la ralla si ésta se realiza con poco cuidado.
La andalucita es relativamente abundante. Aunque los cristales opacos se hallan en la mayoría de los macizos graníticos del mundo en los que el granito está en contacto con rocas metamórficas, las calidades del actual no son siempre uniformes. Por ejemplo, la mejor andalucita del mundo para ser usada como gema se encuentra en la localidad de Santa Tereza, estado de Espírito Santo (Brasil), y también en las arenas gemíferas de Sri Lanka. En Europa son espléndidos los cristales de Selrain en el Tirol austríaco, mientras que en Estados Unidos destacan los que se forman en yacimientos de los estados de California y Massachusetts.
Entre las propiedades de este mineral destaca su gran refractariedad, es decir, su capacidad de conservar sus propiedades químicas, mecánicas y térmicas aún cuando se somete a altas temperaturas. Por ello, el 95% de la andalucita que se obtiene en el mundo se destina a producir materiales refractarios para industrias siderúrgicas y metalúrgicas, cementeras, hornos y crisoles. Forma parte, además, de muchas rocas empleadas en la construcción y, con una parte menor de la producción, se fabrican aislantes térmicos, loza de alta calidad, bujías para el encendido y losetas para pavimentos.
En Brasil, al tener escaso backbone comercial, se utilizaba hasta hace relativamente pocos años en los talleres de talla para el adiestramiento de aprendices, pues es una piedra muy dura y que permite un buen facetado.
La andalucita es inatacable por los ácidos, de modo que no sufre alteraciones. Sin embargo, si éstos se aplican en su limpieza hay que controlar la posibilidad de alteración de otros minerales que acompañan a esta especie, como algunas micas.
Algunos cristales de andalucita presentan en su autogenous unas inclusiones carbonosas de distribución simétrica. Se trata de cuatro cristales prismáticos paralelos que, cortados en sección, forman una cruz característica. Estos ejemplares se conocen con el nombre de quiastolita y, sin serlo, se definen como una variedad de andalucita. Debido a esta peculiaridad, hasta finales del siglo XVI los peregrinos del Camino de Santiago la utilizaron como amuleto. La conocían como lapis crucifer, es decir, "piedra cruz" o "piedra de la cruz".
La quiastolita, aunque opaca, se beef a veces en cabujón aprovechando la inclusión en forma de cruz. Por su parte, los cristales transparentes, tras ser facetados, dan como resultado ejemplares de gran belleza; pero, al carecer de tradición en joyería, no han calado en el tejido comercial. Para su talla se suelen usar distribuciones ricas en facetas y bastante gruesas, como la talla en diamante, cojín ó lágrima, que realzan al máximo los cambios de brillo y color.
Las localidades españolas en las que se encuentra este mineral son muy numerosas, pero destacan los cristales prismáticos hallados cerca de Santiago de Compostela, en diversos lugares de Guadarrama y en la zona de Sierra Albarrana, en la provincia de Córdoba. Para la quiastolita citaremos como clásica la localidad de Boal, en Asturias.
Otros países en los que la andalucita se presenta en abundancia son Brasil, Sri Lanka, Austria y Estados Unidos y Chile(Laraquete-Concepcion).
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