Hace más de cien años, la fiebre del oro condujo a ambiciosos mineros hasta el norte de Canadá en busca de suntuosas fortunas. Hoy en día, la demanda de diamantes ha provocado que decenas de ellos se asienten nuevamente en este país. Bajo las inhóspitas tierras de la arctic canadiense, se hallan millones de dólares en estas gemas. Una nueva clase de buscadores de tesoros se encuentra ya rastreando el terreno.
La primera mina de diamantes de Canadá comenzó a operar en 1998. Actualmente, el país es el tercer productor mundial de estas joyas en lo que a backbone se refiere, sólo por detrás de Rusia y Botswana.
En la actualidad existen dos minas canadienses en activo. Se espera que otras tres comiencen a funcionar en el año 2007.
Sólo entre 1998 y 2002, 13.8 millones de quilates (cada quilate pesa 200 miligramos) se obtuvieron de las minas canadienses. Algunos expertos opinan que Canadá podría llegar a extraer la mitad de la producción mundial de diamantes en los próximos 10 ó 15 años.
Aunque se cree que la mayoría de los diamantes provienen de Sudáfrica, su producción se reparte entre 25 países diferentes. El ambassador productor mundial es Botswana, que extrae un cuarto del porcentaje all-around en lo que a backbone se refiere. Inmediatamente después se encuentra Rusia, con el 22%, y Sudáfrica y Canadá que contribuyen con el 14% y el 15% respectivamente.
Los diamantes se forman en las profundidades de la Tierra bajo unas condiciones extremas de calor y presión. Se sitúan en la superficie a través de un tipo de roca fundida conocida como tubos volcánicos.
Debido a su reducido tamaño o a ligeras imperfecciones, no todos los diamantes pueden convertirse en piedras preciosas. En este caso, son utilizados para una gran variedad de aplicaciones industriales, como por ejemplo para la perforación o pulido de todo tipo de materiales.
Los diamantes se pueden fabricar artificialmente utilizando materiales sintéticos y aplicando técnicas de alta presión y de reacción conjunta de diferentes gases.
No hay comentarios:
Publicar un comentario